Primero de mayo

 



Hay un cierto furor religioso 

En la militancia estoica de la gota de agua

En el sacrificio cronológico.


Somos cómplices de la letanía

Moscas en un tazón de café 

Hay una suspensión tácita de la realidad personal 


Refugiados en la monotonía 

Alienados por las tareas repetitivas 

Duros como un poste, ante al brillo epiléptico del televisor 


Consumidores de estímulos

Tan secos como el desierto 


La propia contradicción del mundo

Es la necesidad de avanzar 

En un tiempo, que de tan lento nunca resulta suficiente 


Girando en este círculo que nunca se vuelve espiral 

Hablando de lo mismo

Haciendo lo mismo 

Sintiendo lo mismo

Rozando apenas, con la punta de los dedos 

El fluir del universo 


Saltando de miedo en miedo

Cómo un conejo ciego y viejo

Movido por la fuerza de la costumbre 

El futuro nunca es una costa 

Ni habra faros que nos guíen 


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