Insomnio



 Desbordados, los nervios 

Me salen por los poros

Los ojos como dos platos, miran al techo

Las voces en la calle

Suenan cada vez más fuerte 

Parece que estuvieran en el cuarto 

A los pies de la cama

Riendo, burlándose.


Me corre el sudor por el cuello

La picazón en los brazos aumenta 

Me pinté las uñas a martillazos

Pero no fue suficiente 

Nada nunca es suficiente 

Ni el frío, ni el calor

Ni las ventanas o las frazadas.


El amanecer surge 

Brillante y violento 

Empujando la noche hacia el abismo 

Ahora, por fin me pesan los párpados 

Los ruidos del mundo 

Auguran un sueño inquieto 

Las proyecciones del inconsciente 

Harán fila, como un montón de acreedores 

Para cobrarme viejas cuentas 

Para hablar de cosas que no puedo entender 

Para escrutarme

Desnudo y a cielo abierto.


Y esta ciudad que no para 

No siquiera los domingos 

Es cruel con los que no gritan

Huele el miedo y se excita.


Vivimos constantemente a prueba

Vivimos

Por la gracia de nuestros propios dioses 

Ojalá llueva 

Y el viento traiga otra música.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Requiem

Campanas

Jardín de invierno