El Tiempo

                                          (Alber Camus bailando) Nos vamos agrietando  En pequeños fragmentos  De incertidumbre  Y contradicción  ¿Imaginó Apolo, el destino de su lira Cuando la regaló a Orfeo? ¿Lo imaginó deteniendo los tormentos del infierno, por amor? Es este don de ser Que nos es dado Un vaso que se desborda  A veces de nectar  A veces de bilis  Pienso En la cabeza de Orfeo Flotando en el rio Cantando  Mientras era arrastrada por la corriente  Pienso  Si fue un acto de rebeldía  Una maldición  O la fuerza de la costumbre  Si nos dieran una antorcha Encontraremos una salida Aunque quizás  Afuera esté más oscuro  Algunos Con las manos vacías Cierran los ojos Eligen su propia penumbra.

Desvarío, camino al trabajo  Desde que veo el cartel Con el nombre de la calle Por la ventana del ómnibus  Hasta que queda atrás Solo pasa un instante  Más que suficiente A esta hora, todas las caras miran al suelo Los desplazados de la calle Arquímedes  Cargan pedazos de vida  En sus carros de feria  La procesión es lenta por los adoquines viejos No van a ningún lado Pero tienen que moverse  Al llegar a la esquina desaparecen Se desvanecen  En la humedad de la mañana. Y yo, ¿Dónde voy? ¿Por qué arrancarme de las sábanas a esta hora? ¿Por un techo? ¿Por comida? ¿Para pagar la tele que no miro? ¿Para pagar los cigarrillos que me están matando? Surrealismo proletario Hay un súcubo avejentado  Hablándome al oído Me dice que deje fluir la bilis Me susurra que hay oro En las minas de la ironía  Y placer, en los burdeles del desdén  ¿Lo único que se te ocurre es tratar de ser gracioso? Hoy leí aquel poema  Que soñé hace algunas noche...

 La casa sabe que me voy  Dejo una luz prendida  Una veladora  A modo de compañía  Y calidez  Un ojo vigilante  Que, en mi ausencia  Le impida volverse tapera  Todo es un juego de sutilezas  En este mundo picado grueso  La casa calla Con paciencia infinita  Esperando un paso en falso  Mientras, cuento las horas Los días, los meses Mientras, junto cajas y bolsas Me voy en mi infinito  A un jardín de invierno  Dónde la naturaleza es tiempo Hecho piedra Y carne Y agua  Dónde el sol, la luna y las estrellas  No sé mueven Una cápsula de firmamento  Y un ratón que no escapa  Aunque la jaula esté abierta.